viernes, 23 de agosto de 2013

VACACIONES

Se están consumiendo. Y por eso quiero plantear una serie de reflexiones sobre este período anual. Cuando pequeño, mi hermano me comentó algo que no se me olvida: las vacaciones son para hacer lo que te gusta, para disfrutar. Por lo tanto, no entiendo las vacaciones bajo el tópico de "sol y playa" o montaña ni la de "viajar por viajar". Es decir, que si no vas a la playa, alquilando un piso que te da más trabajo que si no tuvieras vacaciones (o al menos el mismo que si estuvieras en tu casa) o a un hotel "todo incluído", no has tenido vacaciones. O que si no vas a Eritrea o Burkina- Fasso (o Italia o Francia en su defecto) tampoco las has tenido.


Por razones de planteamiento personal y por otras circunstancias (laborales, económicas y familiares) llevo muchos años, al menos cinco, teniendo mis vacaciones en casa. Descansar, no tener hora (ni para ir o venir de la playa, ni de vuelos, ni de hoteles), tomar un café tranquilamente con tu mujer al fresquito en el patio o una cerveza (o varias) y bañarte en tu propia piscina cuando te apetezca, leer todo el tiempo que quieras o hacer cosas que te gustan y que te alivian de trabajo todo el curso (diseño de programaciones de aula o de actividades y búsqueda de recursos, por ejemplo) son mis vacaciones. Nada de estrés pre ni postvacacional y mucho de relax, descanso y satisfacción. ¿Son estas vacaciones? Yo creo que sí. Y de las mejores.

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